
Noticias (105)
Una vez más “charrúas” y “guaraníes” se vieron enfrentados detrás de una pelota, de alguna forma homenajeando a aquellos viejos gallardos jugadores, que allá lejos, en los almanaques de 1956, daban inicio a este enfrentamiento de campeones amateurs de futbol de Uruguay y Paraguay. Una copa que lleva el nombre de la ciudad paraguaya donde fue exiliado nuestro prócer José Gervasio Artigas, Villa San Isidro Curuguaty.
26 ediciones a lo largo de estos 70 años, atravesado en la historia por disputas internas, enfrentamientos sociales, dictaduras pero aún así la pelota sobrevivió y nos devuelve una historia trazada a fuego, con tinta indeleble para que perdure en el tiempo, intercambiándose este trofeo de diseño tan particular entre ambos países.
Hoy les tocó a San José, campeón charrúa y a Liga de Paraguari, representante paraguayo, el deber de dejar bien en alto la memoria de aquellos visionarios dirigentes, Eusebio Baeza por nuestro país y el paraguayo Arturo Filártoga, ideólogos de esta cruzada deportiva, que seguramente jamás pensaron que esa quijotada, se iba a mantener siete décadas más tarde.
Aquel 2 a 1 a favor de Paraguari en Carapegupá, en el partido de ida, dejaba abierta la serie para que se volvieran a ver las caras en el Casto Martínez Laguarda de la capital maragata.
Allí en tierras josefinas, más que un partido de fútbol, lo que se vivió -fundamentalmente en lo previo al encuentro-, fue una fiesta de confraternidad, con elogios recíprocos y fundamentalmente alineándose en usa cuestión de honor que asumieron los dirigentes de ambas delegaciones, nombrando ciudadanos ilustres a cada delegación visitante por las más altas autoridades departamentales de cada país.
Pero cuando empezó a rodar la pelota después del silbato del rochense Pereyra, todo el protocolo paso a segundo plano y la emoción ganó los corazones y las gargantas de los hinchas.
Apuro maragato, dientes apretados de los paraguas, mordiendo en cada lugar de la cancha mostrando ser muy expeditivos, con mañas para enfriar un partido que el local jamás pudo “calentar”.
Si alguien pensaba que íbamos a ver aquel San José contundente de la copa de Selecciones, nada mas lejos porque este equipo no tiene nada que ver con aquel e incluso del otro lado, tampoco fue la selección que en febrero se coronó campeona paraguaya y se ganó como premio un boleto al profesionalismo.
Mientras se preparan para la competencia oficial en 2026, a tierras maragatas los paraguayos armaron una selección intermedia, por lo cual las fuerzas de ambos de algún modo se equiparaban.
Mucha pierna fuerte, entrevero en cada lugar de la cancha, camisetas cargadas de esfuerzo y los defensas, ganando por sobre los delanteros explicando un cero a cero que pausó en los 45 de partido, con ilusiones de cambio para el complemento.
Sin embargo ni el técnico local Noya ni el paraguayo Arce, (hermano del legendario jugador guaraní de selecciones paraguayas) pudieron torcer un partido que aun con las relevos frescos mostraron poco cambio, más allá de alguna intentona apurado por el resultado.
El apuro del local, que necesitaba un gol para forzar penales, y las mañas de la visita, hicieron un último cuarto de hora entretenido, emocionante, vibrante aunque el cero no se rompió.
En el final tranquilidad, festejo visitante a pura batucada, aceptación de los maragatos por el resultado y con elogios para todos por el comportamiento entendiendo que esto es un partido de futbol y no pasa más allá de un resultado, aunque entregue un campeón.
Detalles
SAN JOSE: Francisco Paredes, Diego de los Santos, Fabricio Martínez, Nicolás Rebollo, Sergio Conde, Gianfranco Rodríguez, Mateo Antúnez, Brahian Pose (61’ Enzo Cabrera), Leandro Navia (45 Nahuel Fagián), Juan Alonso (61’ Facundo Porley) y Franco Zanoni.
DT: Hebert Noya
PARAGUARI: Fabio Moran, Raúl Alvarenga (75’ Rodrigo Quinteros), César Haituch, Víctor Benítez, Oscar Ramírez, Fabio Bernal, Alan Redes (75 Cesar Caballero) , Antonio García, Armando Quintana (75’ Fernando Núñez), Carlos Alonso (90+3 Jorge Aguilar), Luis Lezcano (70’ Auaguin González)
DT: Juan Angel Arce
Goles: No hubo
Tarjetas Amarillas: 35’ N. Rebollo, 38’ B. Pose (En San José)
35’ L. Lezcano, 76’ R. Amlvarenga, 90+4 F.Morán, 90+5, F. Núñez (En Paraguari)
Arbitros: Néstor Pereyra (Rocha), Ruben Cichero (Rio Negro), Jose Moyano (Carmelo), Cuarto: Facundo Piña (Casupá)
Cancha: Estadio Casto Martinez Laguarda de San José
Público: 700
Escribe: Francisco Connio
Y de Palmira… ¡salió en nuevo campeón!
Cuando cientos, miles de gargantas explotan de alegría, gritando con fuerza ¡dale campeón, dale campeón!, la señal es inequívoca de que hay un equipo que se trepó a lo más alto del podio imaginario que entrega el fútbol chacarero.
Ese fútbol de esencia amateur, de las ganas infinitas, de la humildad a flor de piel, de horas pasadas pintadas de sacrificio, entre entrenamientos y actividades laborales, porque estos campeones, lejos de la pelota tienen que trabajar ocho horas para tener dinero en sus bolsillos.
“Acá nadie vive del futbol”, como nos lo explica el presidente Ricardo Blanco corriendo y abrazándose con todos, jugadores, técnicos, hinchas porque de eso se trata esta historia pintada en tres colores, la de Polancos de Nueva Palmira, una gran familia que ahora dicen con inocultable orgullo que son los nuevos campeones del interior, los dueños de la otra “orejona”. Esa copa que no sabe de categorías administrativas porque es, sin dudar, la orejona que se llevan los campeones y punto.
Una final propia de fútbol amateur, porque hasta el entorno califica como tal, más allá de las exigencias que se le impuso a los dirigentes locales para no dejar sin fiesta a la ciudad palmirense.
Arboleda, espacios apreciables, tribunas “decoradas” con las banderas, mate y termo al costado para cuando sea más tarde. Polancos recibe a San Carlos de Colonia en una final sin dilaciones, sin especulaciones, sin mañana, porque justamente la mañana del lunes amanecerá con titulares de diarios e informativos con un nuevo campeón de OFI.
Una semana atrás midieron fuerzas en Colonia donde el tricolor palmirense se volvió con un triunfo que a la postre y en vista de este tres a tres de la revancha le dio la corona chacarera.
Fiesta instalada para el pitazo inicial del isabelino Mauttones, y en poco rato de juego, golpe visitante que abre expectativas. Falla en defensa el locatario y Geymonat empuja para el 1 a 0 que obliga a alargue y penales. Los comentarios se desparraman en las tribunas, un golpe que anima y duele en lados diferentes del estadio.
Pero el juego sigue sin pausas, sin dar ventajas, con piernas “machucadas”, porque se va con todo en cada pelota. Casi media hora de reloj, para que el dueño de casa haga explotar su gente, los que estaban en el Isnardi como los que se quedaron en casa escuchando la radio o viéndolo por tele, de las pocas oportunidades que tienen los equipos del interior para que los vean de todos lados.
El eterno goleador palmirense Joaquin Rovetta, la cachetea contra un palo y pone a gritar a toda Palmira. Despues va y viene hasta que el goleador, “el vasco” Zubizarreta la emboco dentrto del trampero visitante y encaminó la fiesta mirando de reojo la copa.
La “orejona” estaba más a mano, más cerca, mucho más cuando después del entretiempo, -donde se dieron algunos revoleos de puños en el vestuario antes de ingresar -, penal que el capitán Ruella se afirma y manda el tercero.
Ahora si creyeron afuera, bueno esta casi cumplido pensaron los tricolores adentro. Pero esto es futbol y la visita no pensaba lo mismo, se hizo fuerte, incluso con uno menos por expulsion del zaguero Gottero.
San Carlos empujó con mucho coraje se fue a matar o morir dejando el alma.
Achicó Pérez en una jugada en el área chica llegando mas rapido que todos y dos minutos más tarde la cabeza de Noy, buscó las alturas y puso la pelota en el arco tricolor para poner a tiro al funebrero coloniense.
Necesitaba un gol mas más para forzar alargue pero el travezaño jugo para el local, tembló tres veces, dos pelotazos de frente y otro, desde la derecha, cuando la pelota cayo arriba del larguero y se fue afuera, creo que hasta empujada por el soplido de los hinchas locales.
Los últimos minutos tensión, gritos, nervios y dedos cruzados. Algunos ni miraron que el árbitro adicionó varios minutos hasta que el pitazo final de Mauttones descargo toda la tensión en el Isnardi. Polancos empató con San Carlos y amontona en las vitrinas, la copa mas importante en sus 98 años de vida.
POLANCOS: Víctor Martino, Iván López (54’ Marcelo Paniagua), Amaral Mattei, Brian Ruella, Elías Oyola, Luis Benítez, José Torres, Gianfranco Gay, Joaquín Rovetta Marcos Zubizarreta (87 ’Gonzalo Vico), Juan Romero (64’ Nahuel Paredes).
DT: Patricio Urán
SAN CARLOS: Manuel Vallejo, Luciano Soria, Wilder Gottero, Gabriel Barrotti, Diego Cabrera (54’ Santiago Aguinaga) Matías Ebere (45’ Matias Casera), Agustín Noy Damián Ale, Lucas Geymonat (79’ Alejo Charbonier), Federico Cóccolo (54’ Mateo Cedrés), y Rodrigo Pérez.
DT: Bruno Capellino
Goles: 16’ L. Geymonat (SC), 27’ J. Rovetta (P), 40’ M. Zubizarreta (P), 65’ B. Ruella, de penal (P), 80’ R. Pérez (SC), 82’ S.Noy (SC)
Tarjetas Amarillas: I. Lopez, L.Benitez, M. Zubizarreta, J.Romero, E.Duhalde (PF),N. Paredes, G. Gay, G.Vico (Todos en Polancos)
L. Soria, W.Gottero, A.Charbonier, B. Capellino DT ( Todos en San Carlos)
Tarjeta Roja: 54’ W.Gottero (SC)
Arbitros: Mario Mauttones, Daniel Sosa, Jhon Silva (Terna de Paso de los Toros) . Cuarto: Carlos Montes (Ecilda Paullier)
j
Cancha: Estadio Evelio Isnardi de Nueva Palmira
Público: 800
ESCRIBE: FRANCISCO CONNIO
Fiesta: El estadio Evelio Isnardi estaba preparado para esta final desde hacia varios días, ante las exigencias de la organización sobre algunos aspectos de seguridad fundamentalmente. Pero hubo que realizar algunos trabajos extras para acondicionar algunos sectores del estadio.
Pintoresco: Para muchos no se puede permitir una final en un estadio de esta naturaleza, pero lo bueno es que cada detalle exigido por OFI fue cumplido y fiscalizado a rajatabla. Recordemos que en 2015 Nueva Palmira fue campeón a nivel de Selecciones, por lo que había antecedentes. De todos modos para el año próximo ya le señalaron que para participar en la A, necesita algunos “arreglos” importantes.
Arbolado: Un estadio abierto, grande, amplio y cómodo, con una pista de atletismo que le da cierta separación con la tribuna ganando en seguridad. Además destacar el gran arbolado que tiene por todos lados, ideal para partidos cuando la temperatura obliga a resguardarse. Obvio que en esta época, son solo decorativos.
Bancos: Como sucede habitualmente atendiendo las recomendaciones de los veedores, el banco de suplentes se dispuso de acuerdo adonde va locatario y visitante. Eso determina que haya más seguridad e incluso, el banco del visitante, lejos de la ubicación del línea de ese sector para no generar problemas.
Cambios: De acuerdo a la televisión, que tenía sus cámaras en la tribuna visitante, se había dispuesto que la mesa de control de los veedores y delegados estuviera en esa tribuna. Sin embargo para mejor control decidieron trasladarla para la tribuna locataria, donde los cambios del equipo local se hacían allí cerca del banco mientras que el que tenía que venir con más recorrido era, lógicamente el visitante.
Disposición: De todos modos la disposición de arco móvil de OFI, las tarimas donde estaban la pelota y la “orejona”, estaban frente a la tribuna visitante. O sea que ingresaban los protagonistas y atravesaban todo el campo para ubicarse cerca de la línea de banda lateral de esa tribuna. La hinchada local, que era mayoritaria, solo veía la espalda de sus jugadores.
Festejo: De hecho cuando se iban a entregar las medallas y copas a los protagonistas, al final del partido se hizo otra vez frente a las cámaras de Tv, pero lamentablemente de espalda a la hinchada campeona. O sea el festejo del campeón fue, en definitiva para la tribuna visitante. Bien para el que estaba en casa pero no para el que pago una entrada y acompañó al equipo palmirense.
Espalda: Cuando los jugadores campeones iban recibiendo sus medallas y bajaban del escenario y se ubicaban detrás del cartel de los campeones, quedaban a propósito, de espalda a la tribuna visitante para no generar provocación. Después cuando estuvieron todos ahí con sus medallas, si se ubicaron todos de frente y recibieron la copa. Igual no pudieron festejar para su gente. Una lástima.
Clima: Realmente estaba muy agradable, sin lluvia en esa zona del país, pero además por momentos alumbraba tímidamente el sol haciendo que fuera una tarde plenamente disfrutable. Realmente el clima acompañó esta finalísima.
Público: Según nos decían los lugareños hacía mucho tiempo que el estadio no tenía tanta concurrencia. Es que era una final y había que estar. Pero no solo la gen te locataria sino que desde Colonia llego muchísimo publico acompañando al equipo de barrio de la plaza de toros coloniense.
Folclórico: De esas cosas que tiene el futbol del interior y que no para de sorprender a quienes no siguen habitualmente los campeonatos. Nos comentaba alguien ajeno pero que vio el partido. Como e s que definen dos del mismo departamento. Se puede dar obvio, pero en este caso concreto, son dos equipos colonienses, pero el campeón pertenece a Soriano Interior y no a Colonia.
Seguridad: Mas allá de los efectivos dispuestos para la custodia de la cuarteta arbitral también había distribuidos en puerta de acceso, vestuarios, tres en tribuna visitante, dos en la local, un encargado de cancha, uno en pista de atletismo, uno en estacionamiento y un funcionario que registraba con su cámara absolutamente todo en cada espacio de tribuna o donde hubiera alguna persona.
Accesos: Por supuesto que hay que destacar, cosa que habitualmente no sucede con los campeones, tanto de clubes o selecciones, máxime si son locales, que la gente local no ingresó y dejo recibir a los campeones sus medallas y trofeos. Se dejó trabajar a la prensa con cierta comodidad y recién después que tenían la copa en mano se dio ingreso a la gente para festejar con sus jugadores.
Veedores: Claudia Soñora y Darío Arrigoni fueron los veedores administrativos de OFI para este espectáculo. En tanto los concejeros Fernando Varela y Ana Zeni estaban para todo lo concerniente a lo protocolar.
Atentos: Los dos veedores administrativos estuvieron atentos en todo momento e incluso en alguna situación, se los veía salir de su silla, bajo un gazebo, para que no perderse detalle de nada. Incluso Arrigoni estuvo en vestuarios en el entretiempo donde el clima estaba “complicadito”.
Vestuario: Precisamente en el entretiempo, se generó un problema en vestuarios. Los dos equipos, que venían con cierta tirantez en la cancha se encontraron en la zona de vestuarios y allí se genero una montonera con empujones, alguna mano inoportuna, algún puño amenazante y muchos gritos. Para colmo, también la guardia protegía a la cuarteta que no podía ingresar a vestuarios transformando esa zona en un verdadero caos.
Vestuario II: Por suerte primó la cordura y todos entendieron que era una final y que los nervios lógicos de la lucha y la disputa de algo importante no justificaba que se llegara a situaciones complicadas. Después se acordó que saliera la terna, después la visita y recién después el locatario.
Protocolo: Sin dudas lo del concejero Varela -acompañado por Ana Zeni- no deja de sorprender nunca. Varela les da una especie de “clase” a los chiquilines que ingresaran con las banderas de OFI, las instituciones y la del Fair Play. Les indica como ingresar, donde ubicarse, como posicionar las banderas y la salida del campo. Y se cumple a rajatabla. Pero sale bien y es lo que cuenta.
Humo: Evidentemente no solo las banderas que lucian por todo el escenario dándole un toque festivo sino que cuando ingresaron a la cancha los equipos, el cielo se tiño de colores
Dirigentes: Por supuesto que para esta final se hicieron presentes el Presidente de OFI Sebastián Sosa, el tesorero Héctor Leites, y los concejeros Humberto Tellechea y Lides Bevegni, que reside en la ciudad Palmirense por lo cual era anfitrión y estuvo para atender cada detalle donde se lo requiriera.
Anfitriones: Hay que señalar como corresponde que toda la dirigencia palmirense y un grupo de colaboradores, que estuvo a disposición, para solucionar cualquier tipo de inconveniente que se requiriera. Iban y venían permanentemente si dejar nada librado al azar, que nada se escapara.
Neutral: También se hizo presente el dirigente canario Eduardo Mosegui, que llegó en representación de la AUF ya que forma parte del Ejecutivo de la asociación en representación de OFI.
Camisetas: Los jugadores de Polancos, una vez que se consagraron campeones repartieron camisetas blancas con una “orejona” en el pecho y referenciando que eran los monarcas del interior. Obviamente es algo que se está dando seguido en todos los campeones.
Respeto: Mas allá que los jugadores de San Carlos arremetieron contra la terna al terminar el partido reclamando, jugadas, tiempo adicional, etc. después llego la tranquilidad y aceptaron la victoria de Polancos. A su vez estos a la hora de las medallas y copa al vice campeón, también aplaudieron en señal de respeto y reconocimiento.
Trabajadores: Ninguno de estos jugadores campeones vive del futbol, como ocurre con otros jugadores del interior en muchos departamentos. Acá todos trabajan las horas correspondientes en sus actividades y después de cumplir el horario habitual hay espacio para entrenar. Sacrificados pero enaltece mucho más este triunfo.
Festejo: Después de festejar largo y tendido en la cancha, sacarse fotos con familiares, pasarse la Orejona de mano en mano, los jugadores continuaron el festejo subiéndose a dos camiones para comenzar la caravana seguido por muchísimos vehículos.
Recorrida: Y allá se fue la “orejona” apretada y mimada por demás, mostrada por los jugadores arriba del camión, ofreciéndoselas a la gente que salía de sus casas a saludar la caravana.
ESCRIBE: FRANCISCO CONNIO
El lateral derecho Iván López, señaló que ser campeón de clubes “es una alegría enorme; este es el club que amo, llevo quince temporadas acá y era el título que perseguía ya que también fui campeón de OFI en 2015 con la Selección”.
Reflexionó con una frase “el sol vuelve a brillar bajo el agua” por todo lo que significó el esfuerzo para llegar al título”.
A su juicio este campeonato se debe “al compañerismo enorme, a la humildad, al esfuerzo de todo el grupo” recordando el trabajo “desde la pretemporada en las canteras, hasta ir avanzando partido a partido, donde algún compañero no podía estar por lesión, otros expulsados… en definitiva mucho sacrificio y unión” insistió.
Reiteró que este es un equipo “muy fuerte” donde siempre se trabajó muy duro, y esto “estaba dentro de los objetivos” subrayó.
Valoró además como un premio personal definir dos títulos de OFI de local, con la selección de Nueva Palmira y esta con Polancos.
“Ser campeones acá en casa con nuestra gente…la verdad mas no podíamos pedir y además hoy se volvió a demostrar que siempre están” señaló.
Para Nahuel Paredes, que le tocó ingresar en el transcurso del partido “fue muy difícil porque enfrentamos a un gran rival que nos apretó ahí en el final. Pero teníamos mucha ilusión con este partido, porque la verdad con toda esta gente alentando, no podíamos fallarles acá en casa. Se sufrió pero ahora el disfrute es el doble” precisó.
Insistió en que “ es inexplicable lo que vivimos, pero no solo hoy sino durante todo el torneo. Pero ser campeones acá con nuestra gente es una locura”.
Para el delantero la copa se disfruta y la quiso compartir con la familia, pero también con toda la hinchada que seguía de batucada, cantos y abrazos mientras hablábamos.
“Ser campeón es una alegría inmensa; por mala suerte y por acumulación de tarjetas me tocó quedar afuera de esta final pero no sabes cómo se sufre desde afuera” señaló Guillermo Duhalde que se quedo sin revancha siendo titular en la ida en Colonia.
Insistió en que los últimos minutos fue bravo soportar desde afuera “se hizo insoportable, me mataron los nervios. Por eso ahora, al ser campeones es una alegría inmensa”.
A su juicio, es una copa “muy merecida” para este grupo porque “confiábamos en lo nuestro. Siempre fuimos a jugar de igual a igual en todas las canchas y eso nos potenció partido a partido”.
Dijo que el hecho de ser campeón invicto “era algo que si bien lo pensábamos, no era algo que nos sacara el sueño; si es cierto que fuimos campeones invictos pero es un detalle para coronar todo esto; lo importante es haber sido campeón”.
Dedicó la “orejona” y el título a toda la gente “y a mi familia que está siempre y a mi abuelo que está allá en Melo que no pudo acompañarme hoy”.
El portero Víctor Martino confesó que “ni en los mejores sueños soñamos esto, pero hoy estamos acá festejando. Entre semana tenemos en juego otra copa, pero eso será para pensar después, ahora solo es para festejar”.
Reconoció que fue un encuentro “complicado” y además “nos pegaron dos tiros en el travezaño. Sinceramente salió bien y eso es también parte del fútbol”.
Sobre la campaña que lo tuvo como campeón invicto precisó que “coronar invicto es muy meritorio, es un gran esfuerzo y premio de todo el grupo” así como comentó sobre el rival “enfrentamos a un gran equipo pero además son justos finalistas porque demostraron que están a la altura de lo que jugamos. Para ellos el reconocimiento también”.
Finalmente dedicó el triunfo a la hinchada “porque hacía años que no se veía la cancha así de llena; también va para mi familia y aprovecho para ver si traemos a nuestro hermano para jugar el año que viene aca” indicó.
El paraguayo Marcelo Paniagua le tocó ingresar en el transcurso de partido en ambas finales. Dijo sentir “una gran emoción; es mi segundo año en Uruguay, primero ser campeón de Liga de Palmira y este año, campeón del interior… sinceramente no lo esperaba”.
Señaló que para alguien que viene de otro país, “llegar a un lugar donde te tratan tan bien y lograr esto, la verdad es algo inexplicable”.
Valoró el hecho que el futbol uruguayo “es quizás tan aguerrido como el paraguayo” per subrayó que “acá se siente más el espíritu de la gente”.
Sostuvo que tenía pocos minutos en cancha y no venía jugando por una lesión “pero poder entrar y sentir esa adrenalina me pone muy contento”.
Finalmente dedicó este título a su familia que está en Paraguay, y a mi novia y familia que acá me apoyan en todo momento, y por supuesto a toda esta gente que siempre acompaña al equipo”.
El capitán, Brian Ruella dijo que fue “muy complicado” confesando que “sufrimos hasta el final, pero esto es así, por algo es el deporte más lindo del mundo” precisó.
Sobre las claves para una gran campaña, que terminan invictos y campeones, indicó que se basó “en el respeto entre los compañeros, en el compromiso, en la humildad de todo el grupo porque cada entrenamiento era el último. Es un equipo fuerte, joven por lo que hay futuro en la institución por varios años más”.
El hecho de ser local dijo “es inigualable” y destacó que “hay mucha gente que trabajó un mes entero. Todo el día había gente trabajando, mucho faltando a los laburos a veces para cumplir, con todos los detalles que nos exigieron para poder jugar con nuestra gente en las tribunas y eso es impagable” subrayó.
“Así que esto es el triunfo del plantel, del cuerpo técnico, de la gente que vino y la que no pudo estar, porque todos se merecen un poco esto”.
Y finalizó diciendo que “el que es hincha de Polancos, sabe bien de lo que hablo. Para nosotros, representan mucho y para mí en particular -que estoy de chico en el club- esto es inexplicable. Así que hoy la ilusión era de de todos ellos y de nosotros, así que nos merecemos festejar entre todos”.
Para Luis Benítez fue un partido que lo llevaban bien pero “se complicó al final, pecamos quizás de confianza porque íbamos ganando 3 a 1 y con uno más, nos quedamos y San Carlos se nos vino arriba,- jugó mejor incluso con uno menos- pero por suerte pudimos aguantar esos minutos finales y logramos el título”.
Confesó que de todos modos “se sufre mucho en el final” porque “esos siete minutos que dio el árbitro no pasaban más. Pero nosotros estamos acostumbrados a sufrir y sobre todo, en el fútbol amateur es así, pero al final festejamos”.
Señaló que al comenzar el torneo, con tantos buenos equipos participando quizás “nadie espera llegar a esta instancia. Pero a medida que fuimos paso a paso, nos fuimos haciendo fuertes. El equipo estaba unido y teníamos ganas de apostar a algo más, porque fuimos jugando miércoles en lo local y sábado, como pasa a los equipos que juegan copa. Vimos que se podía fuimos agarrando confianza y garra, nos sobraba para poder ganar en cualquier cancha”.
Amaral Mattei fue llamado a jugar por ausencia del titular que estaba suspendido. Confesó que sentía “una alegría enorme, porque trabajamos mucho durante todo el torneo. Todos los partidos nos costaron un montón porque nos encontramos con equipos muy buenos, pero fuimos siempre al frente y eso fue lo que nos llevó hasta acá”.
Sobre San Carlos indicó que “es un rival dificilísimo, tiene jugadores de enorme experiencia, muchos que son desequilibrantes, pero nosotros también tenemos lo nuestro”.
Agregó que el equipo tiene “una idea de juego pero además contamos con un plantel muy comprometido; porque cuando nos tocó entrar, -como me pasó hoy en lugar de Guille (Duhalde) dimos todo”.
Destacó el gran compromiso de todos, y dedicó el titulo a todo el plantel, a la familia “mi novia, mis padres, mi hermano, mi primo, los amigos y toda esta gente que siempre nos acompañó” dijo señalando la tribuna.
El lateral Elias Oyola precisó que fue un partido “muy complicado, sobre todo en los últimos minutos, porque se pusieron 3 a 3 y nos costaba tener la pelota, salir de nuestra última zona”.
“Creo que ellos encontraron el segundo gol y el mismo impulso los llevó a dar un poco más y llegar casi enseguida al tercero. Son circunstancias del partido y nos encontramos con dos goles que nos desacomodó un poco”.
Son 16 partidos invictos, una marca muy difícil de lograr . Para el lateral “eso habla muy bien del grupo, tenemos plantel muy unido y creo que en definitiva fuimos merecidos campeones” precisó.
Finalmente dedicó este título “para todos los compañeros que hicieron un sacrificio muy grande, compañeros, cuerpo técnico, dirigentes colaboradores, hinchas… la verdad esto es de todos”.
Para Mathias Hernández llegar a ser campeón es “un orgullo, pero además creo que merecido porque hay un grupo muy unido… La verdad que es una locura esto no tengo palabras para explicar lo que estamos sintiendo en este momento”.
Sobre la campaña que termina con un titulo e invicto dijo que todo se debe a que “fuimos partido a partido, a veces más complicado que otros, como este de hoy, pero lo pudimos sacar. Esto habla de un grupo unido donde todos tiran para el mismo lado, por eso es coronar un gran esfuerzo entre todos”.
En relación a esta final consideró que “fue un partido difícil, duro, donde se nos complicó al final. Pero pudimos aguantar y lograr el objetivo”.
También dedicó el campeonato logrado a su familia “así como a toda esta gente que vino a alentarnos”
Consultado el volante Gianfranco Gay que significaba este título dijo que “para el futbolista amateur esto es lo máximo. Es nuestra champions y lo vivimos cada partido de manera especial. Es lo más lindo que podemos ganar y más si es en nuestra cancha”.
Sobre lo apretado del resultado señaló que “es mucho más lindo ganar holgado, pero creo que un equipo grande, tiene que saber ganar por goleada, por un gol, sufriendo, y eso habla de lo que es el grupo”.
“Hay que saber pasar por todas las facetas, hacerse fuerte en defensa, en el medio y saber cuándo atacar, cuando defender; y este equipo tuvo todo eso y además que sea de manera invicta, es un sabor extra” añadió.
Sobre el rival dijo que hay que felicitarlos “porque llegar acá es difícil, y ellos lo lograron merecidamente y fueron dos partidos muy duros, complicados”.
Dedicó el título a su famila “que está siempre, que se comen todos los viajes, que siempre están en casa asi que para ellos, también va esto”.
El delantero Juan Romero confesó sentir “una alegría grande, muchos momentos vividos, pasando por todo, entrenar con frio... Sabíamos lo que queríamos y cuando nos tocó enfrentar a Juventud y pasamos, creo que ahí nos dimos cuenta que podíamos aspirar a otra cosa”.
Sobre esta final valoró que “también podemos llegar sufriendo, porque en las finales te puede pasar. Este (San Carlos) es un equipo difícil, duro al punto que adentro de la cancha los primeros minutos se jugó con rigor, hubo algunos cruces e incluso en el vestuario después, hubo problemas en el entretiempo. Lamentablemente todo eso extra te saca un poco del partido, te desenfoca y la verdad no se juega a nada. ”.
Reconoce que en el último tramo del segundo tiempo “bajamos la intensidad, perdimos pelotas que no debíamos perder, nos descansamos un poco, y ellos aprovecharon esos minutos para ponerse a tiro. Por suerte pudimos aguantar y quedarnos con la Copa”.
El experiente mediocampista José Torres se mostraba muy feliz, “no caemos todavía lo que logramos; este grupo humilde se fue proponiendo objetivos cortos y terminamos con un objetivo final, con esto que es hermoso”.
Valoró el invicto de una campaña increíble. “Siempre digo que los grupos son fundamentales. Cuando armás buenos grupos y confías en el material que tenés te da para soñar, pero reitero, la base siempre es el grupo”.
Dijo que este campeonato “sin duda va para la familia que ya sea en derrotas o momentos complicados siempre están apoyando; y por supuesto a toda esta hinchada, porque realmente fue hermoso verlos disfrutar de todo esto”.
“La verdad que teníamos el partido controlado y con uno más; parecía que lo teníamos cerrado y sin embargo terminamos sufriendo” dijo uno de los referentes del plantel Joaquín Rovetta.
“Ellos son muy buenos, juegan bien y por eso terminamos sufriendo” y añadió en tono de broma señalando el arco donde San Carlos pego tres pelotazos en el travesaño “al arco hay que hacerle un monumento, pero es una final y hay que sufrir también” dijo.
Como autocritica señaló que “nos complicamos con las pelotas quietas en contra, de hecho nos hicieron solo dos goles en el año por esa vía y hoy de juego aéreo nos anotaron”.
Reiteró elogios para el rival: “ellos son buenos, muy fuertes y fueron con todo; nosotros no pudimos hacer tenencia de pelota como queríamos y terminamos sufriendo”.
Además dice que este fue el primer partido que comenzaron perdiendo en la campaña, “pero supimos darlo vuelta. Nosotros nos hacemos muy fuertes en esta cancha, y hoy con rebeldía, ganas, actitud lo pudimos sacar y ser campeones”.
Para el entrenador de Polancos Patricio Urán, fue un partido donde “se sufrió y el resultado lo explica; estábamos 3 a 1 y nos empataron”. Reconoce que cometieron “varios errores de mitad de cancha hacia adelante, lo que hizo que sufriéramos un poco atrás”.
Además dijo que muchas veces “cuando uno esta tan cerca de conseguir algo tan importante y tiene cierta ventaja, se descuida, se confía, baja la defensa y eso que fue lo que nos pasó”.
“Pero un poco por suerte -esta vez estuvo de nuestro lado-, o por la capacidad de nuestro equipo, supimos aguantar los últimos minutos y la copa se queda en casa” subrayó.
Sobre la campaña que termina como campeón invicto dijo que “es algo que valoraremos más adelante, porque eso a veces no cuenta ya que si hubiéramos perdido nadie se iba a acordar que Polancos llegó hasta acá de manera invicta”
Confesó que en la charla les dijo a los muchachos que “las finales no se juegan, se ganan. Sabíamos que eran 180 minutos, y que lo de hoy no estaba liquidado por lo que habíamos hecho en Colonia. Porque ellos tienen un gran equipo, juegan bien, tienen varis individualidades y buen banco de suplentes”.
Entiende que se dio un partido lindo y disputado y que “para la gente que no es hincha de ninguno de los dos, resultó un partido muy emocionante, interesante, un espectáculo lindo de ver en definitiva”.
Sobre algunos roces en cancha como en zona de vestuarios en el entretiempo atribuyó a que “son cosas del futbol que quedan adentro de la cancha, donde cada uno intenta llevar agua para su molino y sacar la mejor ventaja posible dentro de lo reglamentario.
Dijo que “era obvio que iban a darse cierto encontronazos, porque más allá que competimos por Soriano interior somos colonienses, tenemos extirpe de jugadores y entrenadores parecidos, somos muy pasionales en esta zona”.
Confesó ser un privilegiado del fútbol porque logró dos títulos importantes que siempre los soñó. “Siendo hincha, cumplí mi sueño de niño, salir campeón de Selecciones con mi pueblo y ganar una (copa) nacional con el equipo en el que nací y soy hincha”.
Sin embargo sostuvo que los sueños personales “pasan a segundo plano cuando se pueden compartir con un grupo, con otras personas. Somos un grupo de 33 personas, unidos, donde nunca dejamos de creer, de sacrificarnos, de hacer las cosas con pasión y con amor. Por eso hoy estamos festejando con toda la gente” concluyó.
El presidente Ricardo Blanco iba y venía abrazándose con todo el mundo. Confesó que los nervios “fueron muchos, típico de partido de final donde no hay que descuidarse hasta el último minuto”.
Valoró el empate de San Carlos a quien catalogó como “un digno rival” agregando que estaba “convencido que llegaron los dos mejores de toda la copa”.
Confesó sentirse “súper feliz porque logramos algo que a principio de año era inimaginado. Nosotros sin jactarnos de nada, siempre entramos a los campeonatos a competir, a llegar a lo más alto posible.
Dijo que venían “con ese saborcito amargo” porque entendimos que en la copa pasada “fue una eliminación temprana para el equipo que teníamos.
Ahora veníamos a dar un pasito más adelante pero no nos imaginamos que tanto.
Valoró como algo importantísimo a nivel institucional, ser campeón a dos años de cumplir el centenario. “Logramos algo importante para el club, a dos años de cumplir 100 años así que mejor festejo que haberlo sido campeón nacional para unir a esa fiesta que tendremos”.
Consultado como se solventa un equipo para una copa, indicó que “es un poco una conjunción de cosas, muchos beneficios, sin dudas que algunos socios nos ayudan, además de que muchos jugadores del club que ponen su granito de arena, lo hacen por amor a la camiseta.
Reconoce que es “muy difícil” conformar un equipo “con aspiraciones de copa y ser campeón solo con jugadores del club”, aunque sostuvo que los que llegan de afuera “lo hacen humildemente”.
Acá hay un esfuerzo de todos desde la cabeza dirigencial hasta los hinchas. Al respecto dijo “hoy en la mañana, en la semana y días antes, era un placer venir hasta la cancha porque había cuarenta, cincuenta personas haciendo cosas; por ahí había gente pintando paredones, otros venían cuando tenían libre en sus trabajo y eso te llena de orgullo”.
Indicó que cuando se da esta oportunidad de definir en casa, como en este caso “de alguna forma la presión es muchísima, porque querés que se te de, como premio a toda esa gente que piso un granito de arena”.
Para el presidente palmirense tras ser campeón “la vara queda alta, pero el equipo, el cuerpo técnico siempre tiene la vara un poco más alta, así que creo que no hace falta que nadie venga a decirnos nada, ellos mismos se ponen la vara alta y para nosotros es un orgullo”.
Por otra parte aseguró que “acá es todo amateur, nadie vive del fútbol, no tenemos ningún jugador que viva de esto. Al que precisa una mano de pronto se la damos y al que no necesita, no pide porque el club necesita más. Esto es así y es una realidad”.
Señaló que si bien este título le faltaba a la ciudad “Nueva Palmira ha sabido demostrar que somos grandes y mostrar que tenemos muy buen futbol. Somos campeones de selecciones, múltiples campeones nacionales de futbol femenino y ahora de clubes. Y no sé si muchas ciudades tiene este privilegio” recalcó.
Finalmente sobre la lucha para que se le considerara jugar de local señaló que “tenía plena confianza en la coherencia de OFI, porque acá ya se había jugado una final de Selecciones”.
“Somos conscientes que es una cancha que requiere cosas, e incluso para el año que viene en la A, sabemos que hay cosas para hacer. Pero para esta final, las condiciones que nos pusieron la cumplimos. Teníamos la confianza porque queríamos la fiesta acá y además el escenario tiene las condiciones de seguridad para realizar este evento”.
Confesó que “no nos pusimos nerviosos en ningún momento porque siempre estuvimos afin a los que nos exigieran para tener esta fiesta” concluyó.
ESCRIBE: FRANCISCO CONNIO
Allá en el estadio Supicci, donde el plata baña la costa coloniense, el sueño de un puñado de jugadores enfila en la senda de las ilusiones en busca de la copa de clubes, la “orejona”, la más preciada, la que te etiqueta como campeón, sin importar la categorización que las planillas y documentos administrativos que OFI te impone, rotulándola como Copa de clubes B.
Es a modo de Copa Sudamericana, -torneo continental de Conmebol-, que mide equipos digamos de un escalón más abajo que los que juegan Copa Libertadores. O sea que la Copa B de nuestro futbol chacarero tiene esa característica.
Los equipos se clasifican, de pronto un escalón más abajo en la consideración futbolera, en la historia, en participaciones coperas, pero sin dudas la juegan con la misma pasión y con el objetivo final de llegar a levantar la “orejona”, para apretar un espacio más en las vitrinas donde se aglomera la historia de éxitos de cualquier institución.
La Copa “A” , que ganó días atrás Universitario de Salto, vale tanto como la B en esa descarga emocional y esa linda sensación de ser campeón. Ahí no se califica “escalones”, porque para todos, la noticia recorrerá el país diciendo que Polancos o San Carlos, es el nuevo campeón de clubes de OFI.
La primera, de dos citas fue en Colonia, donde los dueños de casa, en modo funebrero, (vestidos totalmente de negro), con la presión de la hinchada, pero con los pies en cancha, nunca mejor empleado el término, intentaban frenar el intenso ímpetu puesto de manifiesto por los palmirenses, que sorprendieron en el primer tramo del partido con un ataque insistente golpeando a la defensa local, que se mostro mas endeble en el arranque.
Al punto que en menos de diez vueltas del minutero, los palmirenses ya se habían amontonado en plan festejo con su gente, allá en la tribuna “de enfrente” (a la principal) donde todos se confundían en tres colores, después que el experiente Joaquín Rovetta lograra anotar con remate cruzado.
Después mas de pelea en varios sectores, entreverando piernas, pero con el equipo visitante queriendo aprovechar el cimbronazo al corazón del equipo del barrio de la Plaza de Toros coloniense. Los dueños de casa, sorprendidos, demoraron en entrar en partido, acomodar sus piezas en la cancha.
De todos modos se fueron al vestuario, con el propósito de cambiar la pisada para el segundo tiempo, aun que el negro local, ya habia realizado dos variantes en la primera parte, sin que trajeran soluciones.
La visita, sabedor de tener un gol que en esta instancias de ida y vuelta, da enorme ventaja, jugaba con el apuro local, minimizando errores, trabajando la ansiedad y los nervios del rival, que una vez que cruzó la mitad del complemento, ahí si de a poco, comenzó a instalarse en campo rival, obligando a la visita a retroceder.
Incluso en el último tramo del partido, quince, veinte minutos, la visita mueve piezas, engrosa la defensa y resigna la delantera defendiendo la ventaja que el local no pudo quebrar.
Polancos se vuelve a Palmira con una victoria importante, en una llave abierta donde el rival San Carlos llega con un extraño antecedente, una fórmula no escrita pero real, que de visita termina jugando mejor y sacando resultados trascendentes. Por su lado, el tricolor palmirense se hace muy fuerte de local y es casi inexpugnable.
Como sea, estamos ante una gran final sin dudas, para vivirla, para disfrutarla.
SAN CARLOS: Manuel Vallejo, Luciano Soria, Wilder Gottero, Gabriel Barrotti, Renato Román (35’ Santiago Aguinaga) Matías Ebere, Agustín Noy (74’ Alejo Charbonier), Damián Ale, Lucas Geymonat (35’ Mateo Cedrés), Federico Cóccolo y Rodrigo Pérez.
DT: Bruno Capellino
POLANCOS: Víctor Martino, Iván López, Guillermo Duhalde, Brian Ruella, Elías Oyola, Luis Benitez, José Torres, Gianfranco Gay, Joaquín Rovetta (85’ Marcelo Paniagua) , Marcos Zubizarreta (90’ Amaral Mattei), Juan Romero (76’ Nahuel Paredes).
DT: Patricio Urán
Gol: 8’ J. Rovetta (P)
Amarillas. G Barrotti (SC)
Arbitros: Juan Rodriguez, gerardo Azuri, gaston Paz. Cuarto:Bruno Rodriguez. (Todos de San José)
Cancha: Estadio Alberto Supicci
Público: 1100
Escribe: Francisco Connio