La fiesta estaba instalada desde temprano en el estadio trinitario, el sol picaba fuerte pero eso no importaba para que los locales fueran poblando la tribuna de enfrente a la principal, al contrario de lo normal en cualquier estadio cediéndole esa tribuna preferencial a la visita. Un gesto de cortesía, aunque sostienen que es una cábala trinitaria.
Los tapones de los zapatos retumban en el pasillo que lleva a la cancha, donde los jugadores en cuidada fila, emergen juntos la cuarteta salteña que encabeza la procesión de pretendientes a la “orejona”, que posa en un pedestal dentro del campo, allí donde pelearan por ella Porongos y Melo Wanderers.
El público se desvive alentando a los suyos, la tribuna locataria repleta, que además terminó llenado la que está detrás de uno de los arcos. En la principal donde la sombrita aliviaba a la visita, también se hacía notar el aliento.
La moneda al aire y la final se pone en juego, también para la tv.
Dientes apretados, las piernas al máximo, la lucha en cada pelota se hacía evidente y los primeros embates de uno y otro lado se hacían notar. Presagio de goles en cualquier momento ante las defensas dubitativas, por lo que no extrañó que el talentoso del gorrito, Mauro Portillo gambetara por izquierda, para meterse al área y el agarrón de Padula, que el ¿arbitro salteño sanciona penal.
Después tiempo para discusiones, el arquero melense denuncia que le tiraban algún objeto desde la tribuna y el cronometro que corría sin que se jugara. Lo cierto es que el árbitro paró el partido y entre la seguridad, veedores y los propios jugadores de Porongos hicieron que los hinchas se calmaran y despejaran la zona, para que desde el punto penal el “Chori” Castro casi diez minutos después de sancionado, anotara y pusiera a rugir a sus hinchas. Después la pelota que va y viene, los dos con objetivos claros, aunque el desorden ganó el juego y el entretiempo fue ideal para rearmar, volver a juntar las piezas y seguir pensando en la definición.
Melo Wanderers que mete cambios, apura por todas las líneas, los flancos pasan a ser zona de transito rápido, pero el balón no se acostumbra a ser jugado al pie. Más bien que lo someten a viajar por los aires trinitarios. Más cambios de un lado y otro, con objetivos diferentes pero todos esperando el desenlace final. Hay una sensación que el score se va a volver a mover, aunque los minutos se extinguen como una vela. Pero en el epilogo la sentencia final. Corrida de Portillo a lo Gigghia por derecha, se perfila y ejecuta al golero melense cruzando la pelota para sellar la victoria y acreditarse la orejona para el local.
Sobre el final alguna que otra situación complicada y entreverada que el arbitro salteño acomoda con rojas. Final, telón y titulo para Porongos que pone en la vitrina su cuarta orejona como campeón del interior tras la del ’88, 94’ y 95’.
Escribe: Francisco Connio
Detalles
Porongos (2): Matheus Brandao, Pablo Álvarez, Diego Godin, Jorge Fernández Ruiz Díaz, Jorge Fernández Sánchez, Federico Ruiz Díaz(82’ Santiago Acosta), Martin Ferrán, Martin Taberne (69’ Juan Silva), Gonzalo Castro (58’ Joaquín Lemos), Mauro Portillo y Michel Fumero (69’ Cristian Martins/ 82’ Matías de Orta).
DT: Román Torres
Melo Wanderers (0): Josemar Fernández, Oscar Padula, Alejandro Ferreira, Julio Rocha (69’ Kevin Da Costa), Brahian Machado, Adolfo Lima, Diego Silva (69’Diego Da Rosa),Taina Freitas (75’ Nicolás Arce), Oscar Silva (45’ César Sosa), Diego Machado (82’ Lucca Correa ) y Juan Silvera.
DT: Mauricio Ruiz.
Goles: 14’ Gonzalo Castro, de penal (P), 91’ Mauro Portillo (P)
Tarjetas amarillas: 14’ J. Fernández (MW), 56’ P. Álvarez (P), 70’ A. Ferreira (MW), 75´ C. Sosa (MW), 75’ J. Lemos (P),76’ D. Da Rosa (MW), 92´ M. Ferrán (P),
Tarjetas rojas: 93´ Matías de Orta (P), M. Ruiz .(DT MW), B. Núñez (MW)
Arbitros: Robert Ledesma, Fabricio López, e Ivo Moreira (Terna de Salto). Cuarto: Mauro Melo (Salto)
Cancha: Estadio Juan Antonio Lavalleja de Trinidad
Partido de vuelta Copa Nacional de Clubes A