Fiesta: Desde temprano se vivió la fiesta de la final, donde las hinchadas, al menos el sector más bullanguero de ambos, se colocó detrás de los arcos. Una lástima que el estadio, que tiene una buena capacidad, no estuviera colmado, para darle un buen marco de público a esta final.
Espera: Los campeones debieron esperar cuatro décadas para volver a festejar un titulo del interior. También en estos últimos tiempos no fueron buenos en lo local, donde cosecharon un titulo reciente, después de veinte años de sequia.
Mascotas: Como suele ocurrir los locales ingresan al terreno con muchísimas mascotas. Y esta vez no fue la excepción. Lo diferente esta vez, fue que los equipos no ingresaron juntos con la cuaterna como sucede cuando hay televisación. Tampoco van a determinado lugar del campo para la foto de rigor de los equipos formados. Se hace en cancha y hay que estar atentos para correr y sacarle a los dos equipos.
Veedores: En esta final fueron designados por OFI, los Concejeros Martin Martinicorena de Tacuarembó y el polanqueño Tomás Larregui que cumplieron con su tarea en un partido, difícil y complicado, por detalles que a veces suelen ocurrir. En este caso casi sin inconvenientes.
Objetos: Cuando el partido jugaba los últimos minutos desde atrás del arco que defendía el golero de 18 cayó algún elemento a la cancha lo que hizo que el portero reclamara y el árbitro parara el encuentro. Los propios jugadores de Melo Wanderers, les señalaban a sus hinchas la muñeca expresándole, tranquilidad porque el reloj jugaba en su contra.
Demora: Y en ese sentido uno de los más insultados en el partido fue el kinesiólogo de la visita, que cada vez que alguien estaba tirado, caminaba a atenderlo con total parsimonia lo que hacía que desde la tribuna bajaran insultos de todo tipo, aunque el, solo atinaba a esbozar una sonrisa.
Arbitros: La cuaterna de Canelones del Este, salió al campo de juego con una indumentaria de color verde en la parte superior, con el logo en la espalda de los colegas de Fútbol Florida. Precisamente su director Jorge Benoit estaba presente cubriendo la final para dicho medio.
Concejeros: Además de los nombrados anteriormente cumpliendo el rol de veedores, estuvieron en la entrega de premios, Fernando Rodríguez Soto, Carlos Alaniz y el Presidente de OFI, Sebastián Sosa.
Nervios: Obviamente que cada uno lo vive de acuerdo a sus intereses y eso lleva acometer ciertas cuestiones fuera de la norma establecida. Varias veces apercibieron a uno de los delegados, porque no estaba en su lugar correspondiente y estaba más atento a lo que sucedía en la cancha, que a su propia tarea.
Festejos: Esta vez a diferencia de otras finales el público no ingresó al terreno de juego a festejar con sus jugadores. La propia seguridad del estadio y la altura, impide que se descuelguen a la cancha por el tejido perimetral. Eso hace que el trabajo de prensa sea fluido y que los jugadores festejen entre ellos.
Amontonados: Una lástima si, que la entrega de la Copa, se hiciera medio apretados, a nivel del campo y lejos de la hinchada visitante impidiendo que pudieran disfrutar de ese momento sublime. Tampoco hubo espacio para poder trabajar en forma cómoda con las imágenes de ese instante.
Caballerosidad: Pese a que durante el partido hubo roces, discusiones y algún empujón, al terminar todo quedó en la cancha como debe ser y vinieron los saludos caballerosamente. Incluso algún jugador de 18 consolando a algún arachán, que no quería levantarse del suelo, mordiendo la derrota de la final.
Escribe: Francisco Connio