Calor: Realmente una tarde espectacular con mucho calor, en esa zona del país ideal para este tipo de espectáculos y además con muchos espectadores que se tiraron hasta el Ubilla para disfrutar de esta finalísima. Faltó el gol pero sobraron las emociones.
Organización: Realmente hay que señalar el buen trabajo realizado por los veedores, tanto técnico como administrativos, logrando que todo saliera perfecto y sin que hubiera nada que señalar particularmente. Los tacuaremboense Fernando Rodríguez Soto, Martin Martinicorena y Marcelo Albernas cumplieron con la tarea a rajatabla.
Televisión: Lastima que no se entienda el trabajo de los colegas de prensa, fotógrafos particularmente por parte de quien tiene que ver con la televisación. A la hora de fotos de las formaciones nadie los llamó para la foto grupal que no fuera al mismo tiempo. Los que sacaron a Melo Wanderers se perdieron la de Porongos y visceversa.
Medallas: Como suele pasar desde hace algún tiempo la cuarteta de árbitros recibe las medallas recordatorias como participes de la final. Quienes estuvieron en la entrega, además de los veedores mencionados fueron los Concejeros, el presidente de OFI Sebastián Sosa, el secretario Jorge Ortiz y Humberto Telechea.
Arbitros: El que estuvo activo el fin de semana (lo vimos también el domingo en la final femenina en Fray Bentos) fue el instructor de árbitros Jorge Alvarez, quien también participó de la entrega de medallas en la final.
Rito: Sucede en todos los escenarios. Al terminar el partido se reclama a Godin por parte de las hinchadas y allí las fotos son interminables. Lo mismo pasa al salir de zona de vestuarios, donde el ex capitan de la celeste atiende a todos sin importar el tiempo que le lleve esta “tarea”. Un grande que no olvida de donde salio.
Capitán: Lo mismo pasa con el “Chori” Castro, con los visitantes particularmente, porque recordemos que la familia de Gonzalo vive en Trinidad por lo que ha estado siempre visitándolos en los años de profesionalismo. A la salida del vestuario arachán un enjambre de chicos, y otros no tanto, procurando la foto del capitán de Porongos.
Mascotas: Infinidad de ellas ingresaron al campo con los jugadores de ambos equipos, una nota diferente pero que le aporta al espectáculo fundamentalmente a la hora del ingreso a la cancha de la cuarteta de árbitros y los equipos perfectamente formados.
Protocolo: Por cierto que las banderas, que ya son tradicionales en las finales también estuvieron en la cancha a la hora del ingreso de los equipos y la cuarteta de árbitros. La de OFI, Fair Play y la de ambas instituciones. Lo que no estuvo fue el arco inflable gigante y las bengalas al ingreso, que veremos seguramente en el proximo partido en Trinidad donde habrá un campeón.
Ausencia: Lo que si notamos es la ausencia de emisoras locales transmitiendo el partido del equipo locatario en las finales. Hay un compromiso comercial por lo que transmiten al equipo profesional, que precisamente ese sábado jugaba prácticamente a la misma hora en la capital del país. Si estuvieron los colegas de Trinidad al firme.